Jugando
con ideas 32
Realidades paralelas
Estas son notas apresuradas antes que se pierdan detalles de
un sueño vívido que tuve hoy justo antes de despertar. Fue un sueño denso como
una pesadilla pero, al mismo tiempo agradable y sin tensiones.
Voy al sueño en sí: Estaba yo con mi familia paseando por
los alrededores de un poblado, cuando de pronto apareció, unos cuantos metros
delante nuestro, algo así como una “inconsistencia” en la atmósfera. Para que
se entienda, era como esa reverberación que los automovilistas suelen observar
en el horizonte de una carretera asfaltada
en los días de mucho calor. Pero en esta ocasión dicha
“inconsistencia” permanecía fija delante
nuestro a modo de “pared”.
Nos acercamos curiosos y la atravesamos, al hacerlo, nos encontramos de golpe en otro
paisaje y otro entorno. Caminamos hacia
lo que parecía ser una granja. A poco
andar nos salió al encuentro otra familia, nos saludaron amistosamente y nos
invitaron a pasar, charlamos como si nos conociéramos de toda la vida;
merendamos y, luego de despedirnos, regresamos por donde habíamos venido sin
haber hablado específicamente del fenómenos que nos traja hasta allí, pero era
como que sabíamos que no pertenecíamos al mismo mundo. Pegamos onda y quedamos como vecinos amigos.
Volvimos a cruzar la “inconsistencia” y ya estábamos de
regreso en nuestro propio mundo.
No mucho tiempo después nuestros vecinos del “otro lado” nos
devolvieron la visita por el mismo método de cruzar la “reverberación” a través
de un sueño. ( Para nosotros las “visitas” llegaban en nuestra
vigilia cuando estábamos despiertos y viceversa cuando nosotros los visitábamos
a ellos).
Así las visitas por
ambas partes se hicieron habituales. Los “problemas” comenzaron cuando una hija
nuestra adolescente se enamoró del hijo, también adolescente de la otra
familia. Más que problemas la relación planteaba interrogantes como por ejemplo
¿podían dos personas llevar adelante un noviazgo perteneciendo a dos mundos
físicos diferentes? Y si se casasen uno de los dos debería irse a vivir en la
realidad del otro. Y si tuviesen un hijo ¿dónde debería nacer la criatura? ¿Sería un niño de dos mundos? O ¿cómo sería
el ADN del mismo?
Cruzar la “frontera” definitivamente ¿implicaría que uno de
los padres debería salirse de su sueño para ir a vivir a la vigilia de la otra
realidad?
Hasta aquí el sueño y cavilando sobre el suceso tan vívido y
lleno de detalles, me vino a la memoria
los escritos de James Redfield y más específicamente, el resumen de la Décima
Revelación hecha por Eduardo H Grecco en Interpretación Iniciática de la
Décima Revelación subida por mí a
Difusión cav el 24 de octubre de 2009. Del mismo copio ahora unos párrafos que
me parecen pertinentes al caso.
1)- Existen dos dimensiones: La Otra Vida y Esta Vida. Ambas
poseen naturaleza diferenciada pero comparten en común el hecho de que buscan
la completud de su realización.
2)-
La Otra Vida es la dimensión del Saber del Proyecto del Mundo. Esta Vida es la
dimensión Humana Terrenal del Conocimiento y de concreción del Proyecto. La
primera pertenece al orden de lo Real y la segunda al orden de la Realidad.
3)-
Existen entre estas dos dimensiones dos canales de comunicación. El primero
consiste en establecer, a través de las aberturas dimensionales, una relación
entre la Tierra y el Cielo, entre las Almas que habitamos este planeta y las
que moran en la Otra Vida. El segundo está orientado a aprender a comprender en
qué radica la transformación espiritual desde la perspectiva de la otra
dimensión. Dentro de ese marco hay dos consecuencias importantes:
a)-
Venimos a la tierra a realizar de modo progresivo el Saber de la otra
dimensión, cada uno a su modo y en su lugar y
b)-Todos
somos partícipes de un proceso histórico planetario, una búsqueda humana donde
cada uno es imprescindible para que el proyecto se realice en completud.
Ricardo
Puerto Deseado. Santa
Cruz. Patagonia Central. 23 de abril de 2014