Jugando con ideas 18
Tema: ¿De qué “materia” están hechos los distintos niveles
dimensionales?
La materia física no es ilusoria per sé; ni ilusoria ni no
ilusoria sino que es la percepción de lo que tiene que ser en este territorio
de exploración más denso que es el universo físico tridimensional.
Lo importante: todas las percepciones dimensionales son
“reales”. Si camino, el suelo que me sustenta es lo real; si nado, el agua en
que floto es lo real y si vuelo, el aire es lo real. Simplemente hay realidades
más densas por su baja vibración y realidades más sutiles de más alta
vibración, pero todas, cada una en su nivel o plano es totalmente real y en
absoluto ilusoria ya que constituyen otros tantos mundos o territorios de
exploración escalonados para la evolución del alma.
Se habla de la materia como algo ilusorio dejando traslucir un
juicio de valor ético y moral peyorativo. Pensar así es atribuirle al Todo un
fallo de “ingeniería” en el proyecto de manifestación del universo. Porque en
definitiva todos los planos de manifestación a partir del Todo son puras
creaciones mentales y, por ende, tan ilusorias como la vilipendiada
tridimensionalidad siendo que cada dimensión cumple un rol en la evolución del
Espíritu desde la mas densa a la mas sutil.
Nuestro mundo, como creación mental en esencia es “nada” pero operativamente la percibimos como sólida con
nuestros sentidos. En este nivel básico tridimensional sólo significa que nos
movemos en un ámbito de tres dimensiones y, en este sentido, es posible afirmar
que pueden existir muchos mundos tridimensionales pero de diferentes densidades
estructurales que al estar manifestados, de hecho participan de las coordenadas
del najt (vocablo maya que
expresa nuestro concepto de espacio-tiempo) adaptadas a cada una de esas
dimensiones.
De todo lo dicho podríamos inferir el siguiente principio: Todo
nivel de manifestación dimensional responde a un valor najt específico.
Por otra parte la cantidad de mundos, dimensiones o planos es, a
mi juicio, irrelevante y no necesita de largas, sesudas y eruditas discusiones
que se encuentran en la literatura esotérica. De hecho, como todos los mundos
son mentales, bien pueden estarse creando planos nuevos a cada momento o
desapareciendo otros.
Lo importante a destacar es que cada mundo tiene una estructura
coherente que fluctúa entre niveles de octavas con rangos de vibraciones que le
son propias y que lo distingue del inmediato “inferior” y “superior”.
En un libro escrito entre 1971 y 1976 por el ingeniero J.R.A. Lobaczewski
junto a otros autores y bajo la inspiración de entidades espirituales, y cuyo
título es “Prolegómenos de la Ciencia
Cósmica”, se avanza en la idea de que la misma configuración atómica que
opera en nuestra tridimensionalidad puede sutilizarse proporcionalmente
conforme se pasa a sucesivos mundos “superiores”.
Para dicho autor todo parte del componente último (o el primero
según se mire) al que llama alfega
(“un principio y un fin”).
Pues bien, esta unidad es la que determina la densidad del átomo
en cada dimensión. El “truco” está en que en cada mundo la cantidad de alfegas
disminuye en una proporción específica
con lo que el átomo final, con menos alfegas, tiene menor masa y, por ende, es
mas liviano y el mundo resultante es “mas etéreo” que el anterior y así
sucesivamente.
Esos mundos cada vez más sutiles resultan en sí mismos,
perfectamente estructurados y “sólidos” para admitir cuerpos moleculares de su
nivel aptos para sostener almas en evolución, ya que parecería lógico pensar
que las almas no andarían flotando a la deriva por las distintas dimensiones,
sino que asumirían una envoltura molecular (cuerpo “sólido”) acorde a su nivel
vibratorio de evolución.
La diferencia con su anterior vida en la 3D es que continuarían
con cuerpos adultos. La 3D podría ser la única dimensión donde todos los seres,
del reino que sea, comienzan su evolución en un cuerpo molecular naciente. Así la 3D sería el reiterativo punto de
partida cada vez que un alma, esté en la dimensión que esté, decide sumar un
nuevo ciclo de experiencias a partir del
mundo más denso.
Estos mundos responden
por otra parte a la ley hermética que dice “como es arriba es abajo”. Lo que
varía en ellos, con respecto al nuestro, pueden ser aspectos tales como la
velocidad de la luz, la atracción gravitacional, la percepción de tiempos y
espacios diferentes, la potenciación de la imaginación, la capacidad de
co-creción y muchas facetas mas que
hacen a nuestra evolución futura y a la del Universo del que somos parte.
Ricardo
Dodecaedro
Atlante
11 de
setiembre de 2011