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miércoles, 5 de junio de 2013

Jugando con ideas 28

Jugando con ideas   28

¿Existe un concepto contrario a Vida?

      A primera vista yo también adheriría a lo que casi todos piensan que muerte debería ser lo contrario a vida

                Sin embargo, desde otro enfoque podríamos afirmar que la Vida como tal es infinita y eterna; que  todo es Vida ya que permea al Todo y a la Nada que es otra de sus formas latentes, como si ésta tuviera dos fases de actividad. La vida no tiene interrupciones sino sólo fases de contrastación. Desde esta concepción la muerte, o con más precisión, las muertes se pueden considerar como puertas que dan acceso a diferentes experiencias en el continuo vida, En el  lenguaje del mundo tridimensional les llamaríamos  “nudos articulares de tráfico interdimencional”.

 Un ejercicio de visualización puede ilustrar mejor estas ideas. Para ello imaginemos en primer lugar un paisaje quebrado por peñascos abruptos y sombríos moteado de vegetación achaparrada y espinosa que lentamente va dando paso a colinas y prados multicolores hasta conformar un valle abierto que se une a una amplia bahía junto al mar. En consonancia  con el paulatino cambio de la orografía, un cielo amenazador lleno de  nubes panzonas y sañudas va convirtiéndose poco a poco en diáfano y brillante a medida que se acerca a la costa marina.

 Ahora en mitad del paisaje construyamos un muro que lo divida tangencialmente de modo que  a  la izquierda del mismo quede el paisaje más duro y feo aunque en las cercanías del muro presenta características más suaves que se acentuarán del lado derecho. En mitad del muro hay una puerta vaivén  que en el frontispicio tiene escrita la palabra “Muerte”.

Para pasar al lado derecho del muro hay un solo requisito: es necesario dejar junto a la puerta la vieja y querida escafandra 3D que hemos usado durante toda la vida junto con su control remoto (ego). La misma puerta, pero del otro lado, tiene escrita la palabra “Nacimiento” donde el alma re encarnante se introduce en una bio escafandra 3D  nueva y pequeña la que, al cruzar la puerta, es recibida por  escafandras adultas (padres) que se encargarán de su crecimiento, educación y adaptación al mundo  tridimensional.

 Apenas cruzada la puerta denominada “Muerte”,  dejamos de pertenecer al mundo 3D y, con nuestros  restantes cuerpos, simplemente iniciamos otra jornada de experiencias más sutiles aunque algunos permanezcan inicialmente junto a la puerta sin casi darse cuenta de su cambio de estado (astral inferior).

Para cada  dimensión hay una puerta específica de acceso que requiere ir despojándose de alguno de nuestros restantes cuerpos como requisito de entrada (muertes).

 Respecto del ego que funge como representante del Yo Superior en la 3D, está expuesto a las  mil y una vicisitudes, trampas y espejismos del mundo denso  lo que implica que en ocasiones olvide completamente su mera función de administrador  que utiliza al intelecto como su herramienta favorita  cortando o debilitando toda relación y recuerdo con la vida superior la cual se mueve en el mundo del  idealismo y  la inspiración.

Algunas  personas tienen el don innato o adquirido de poderse desplazar entre las dimensiones sin perder su condición densa tridimensional y regresar a ella después de sus “excursiones”.  Se supone que esta capacidad se irá incrementando a medida que los seres humanos evolucionen. Pero, por ahora,  cortar el cordón  plateado es la única forma segura de cruzar la puerta definitivamente (por lo menos hasta su próxima  re encarnación).

El mundo tridimensional, dentro del esquema general de las dimensiones,  tiene asignada la misión  de ser el laboratorio de la creación. En él es posible percibir la ilusión mental del tiempo y el espacio como si fueran reales. Las almas que recalan una y otra vez en esta dimensión, es porque  tienen la necesidad de acumular y agotar experiencias.

 Este laboratorio está especialmente diseñado para realizar experimentos, sacar conclusiones y reflexionar sobre todos los temas que se nos ocurran con la convicción de que todo es real. Finalmente, día llegará, en que ya no necesitemos regresar a él kármicamente, sino  que si lo hacemos será por nuestra libre voluntad para cumplir alguna misión espiritual.

Ricardo
Puerto Deseado, Santa Cruz, Argentina.  5 de junio de 2013.